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Deje de tratar a sus clientes como clientes.

En unas vacaciones recientes con mi familia, mientras estábamos en el centro de una ciudad ocupada, nos detuvimos a almorzar rápidamente en un conocido supermercado con un bar de comidas. En la caja, la cajera puso mi comida dentro de un recipiente en una bolsa de papel y luego los colocó dentro de otra bolsa más grande. Lo mismo sucedió con cada miembro de mi familia y somos seis en total. Más tarde en la zona de asientos del supermercado nos sentamos a comer y estábamos haciendo malabares con una gran cantidad de papel en la pequeña mesa de la cafetería. El embalaje frente a nosotros parecía completamente desproporcionado con respecto ala cantidad de comida pedida. Queríamos come, pero terminamos lidiando con el desperdicio; e incluso sentirnos culpables por ello, por lo cual esto me hizo pensar.

¿De quién es la experiencia?

Para mi frustración, el empaque excesivo se agregó ineficientemente a lo que debería haber sido una tarea simple, comer barato y rápido. Me consideraron como un cliente y me trataron como tal. El supermercado es un motor de experiencia del cliente establecido, me arrojo cosas a “mi”. En un intento de mejorar lo que ellos pensaban que era una experiencia positiva para el cliente, interfirió con la mía personal y causó un resultado negativo.

Los clientes son personas.

Cada vez que estoy a punto de iniciar un proyecto, me refiero al marco de trabajo a realizar para enfocarme. Este tipo de pensamiento se usa principalmente en la práctica de la innovación. Ayuda a las empresas a ver más allá de la norma al crear o mejorar productos, servicios o experiencias de marca. Su objetivo es capturar lo que los clientes están tratando de lograr cuando compran o interactúan con soluciones. Como expresó Theodore Levitt, el legendario profesor de marketing de la Harvard Business School: “La gente no quiere comprar un taladro de un cuarto de pulgada. Quieren un agujero de un cuarto de pulgada”.

Los trabajos a realizar utilizan la herramienta de historias de trabajo para descubrir las necesidades del cliente. Se centran en el contexto, la casualidad y las motivaciones en lugar de los atributos de la persona.

Empoderar al individuo.

Cundo piensa en sus clientes o usuarios objetivos como personas con objetivos personales, puede comenzar a comprender que el viaje que atraviesan para hacer el trabajo es suyo, no del negocio. En cualquier punto dado, las personas pueden ingresar a un espacio de marca buscando satisfacer sus necesidades, pero difícilmente comprar un producto como su objetivo final. Dentro de su experiencia, el papel de una marca es permitir el camino más corto entre la necesidad y la solución, guiando al individuo a través de acciones y mensajes. En este sentido, las marcas son un servicio.

Una marca pensada como un servicio permite a las personas dar forma a su experiencia de la forma en que la necesitan, no de la forma en que la empresa quiere que sea. Por lo general preguntarle al cliente acerca de sus intenciones y proporcionar opciones alineados con ellos es muy importante.

Tu trabajo es hacer su trabajo.

Lo anterior aplica tanto para el Marketing B2C como al B2B. Como individuos, estamos motivados por motivaciones conscientes e inconscientes en cada momento de nuestras vidas. Nuestras decisiones de compra se basan en la emoción, más de lo que nos gustaría reconocer. Así como en CubyMarketer lo hacemos.

Aquí hay algunos principios básicos, y ejemplos ilustrativos, que pueden seguir para abordar las necesidades emocionales y racionales para aumentar la empatía y la relevancia, para ayudar a los clientes a alcanzar sus objetivos individuales:

Bank of America, creó un plan de educación financiera para sus clientes.

 

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